!Que Asco!




Por Andrés Bodensiek – Inconforme.



“No hay derecho”, “Tal cual” o , "El defensor del televidente”, podrían ser alguno de los títulos de esta nota, pero no quiero tomar la bandera de una justa reclamación en nombre de todos los televidentes, entre los que se encuentra mi familia, mi madre, mi padre, mis hermanos y hasta los más queridos amigos, en razón a que “afortunadamente” el vicio de la red cibernética me ha alejado de la “caja boba”. Unas por otras. La red es en estos días, de los males que nos imponen los medios, un mal menor comparado con la televisión dado que al menos supone una elección más crítica de contenidos por parte de sus usuarios.



Me pregunto por qué el mercado audiovisual y la falta de formación responsable de televidentes conmina a muchos padre de familia, entre esos a los míos, a pasar una soleada tarde de sábado viendo las estupideces que dice la negra candela y “charria” (y escribo sus nombres en minúscula para hacer más ostensible mi desprecio) en ese circo barato que se llama disque “el lavadero”.



Sirva esta introducción para dejar claro que aunque no soy un televidente, por razones históricas y políticas, más que para Caracol T.V, o Paracol como le dicen los contradictores de la extrema… crítica, que al menos tiene algún programa decente como “quien quiere ser millonario”, todo mi odio y todo el veneno visual que he guardado adentro desde que era un niño chillón, van para RCN.



¡RCN es la peor desgracia que le ha podido pasar a la televisión y a la radio (ahora con el “naif” pachito santos) de este país pobre y despernancado! Es que la manipulación y embelesamiento en que quieren sumir a la población no tiene límite. Podrían escribirse hojas y hojas sobre los miles de elementos antiestéticos y repugnantes con los que contaminan la vida de millones de colombianos diariamente. Pero basta con citar unos poquitos ejemplos, para no indigestar a ninguno de los posibles lectores ni para producir vomito inesperado. La idea no es que queden los teclados de ningún computador hechos una pizzería grotesca:

–¿ qué le pasó mijo porqué se vomito encima del computador?

– No mamá es que estaba leyendo una columna sobre los programas de RCN–. puede que esa sea la sensación que produce "nuestra tele" que como dice un graffiti "ni es nuestra, ni es tele", pero aunque la pobreza y la desigualdad producen aún mucho más asco no, ese no es el propósito de estas letras, aunque los prevengo porque uno nunca sabe.



El ejemplo más sencillo y uno de los más dicientes, es que mientras en otras latitudes los noticieros duran 40 minutos, que se dividen en 30 de noticias nacionales e internacionales y 10 de deportes, acá nos empacan sin pedir permiso, a las malas, además de las siempre amarillentas e interesadas noticias, que vienen con patrullero y todo incluido, 45 minutos de la más detestable farsandula criolla, y después como si fuera poco otra media hora, en el caso de Radio Casa de Nari, de “estilo”. ¡Que Asco!, ¡que asco! ¡que asco!



“y qué me dicen” de esos formativos programas llenos de valores, de ética y sobre todo de profundidad social como “protagonistas de nuestra tele”. Este programa es verdaderamente deplorable, y lo peor es que sí está ahí, si vuelve cada dos años a pesar de levantar ampollas en muchos sectores de la sonámbula teleaudiencia, es porque a la gente en su gran mayoría le fascina (o mejor: los han instruido para que les fascine) ver peleas verbales ridículas, intentonas de violencia física, pillaje, pandillismo, discriminación, segregación racial y regional ( no puedo olvidar que en el bus escuché a una señora criticando con justa razón el hecho de que a uno de los participantes le censuraran su acento costeño), y todo tipo de escenas melodramáticas de la peor calaña que entre más llanto y problemas ficticios contengan mejor.



¿Quien regula este tipo de crímenes visuales? ¿A donde debería llevar esta nota de protesta? , ¿Será que si madrugo a RCN me dejan poner la queja en “muy buenos días”? El padre Chucho con su programa de formato gringo, patrocinador también de la dominación cultural que se expande con todos los "contenidos" que acá se produce, debe ser capaz de hacerme el milagrito - qué pena si hiero susceptibilidades místicas pero en este país la religión es una de las responsables, al igual que los medios, de que los desposeídos, que son la mayoría, no se abalancen sobre los ricos, a reclamar su parte-.



Voy a intentar entonces. Mañana madrugo para ver si Jota Mario, ese calvito tierno que parece Barnie, el dinosaurio purpura, me deja poner mi queja frente a todos los televidentes del país. Ese señor es lo más de buena gente, y si por casualidad está de malas pulgas diciendo bobadas y saltando de acá para allá como payaso borracho, o mirándole los atributos a sus académicas e intelectuales compañeras de set , pues me escabullo en la grabación y grito mi arenga. Espero que un sentido y audible : “¡qué asco la televisión de este país!”, acompañado de un inolvidable pegote multicolor de lo que voy a desayunar sea suficiente. Sino, acá les dejo esta columna para que difundan, lo que es un secreto a voces, un comentario más, muy común, pero no por ello un grito innecesario que muchos quieren dar a diariamente, cuando sale el sol.



Dedico mi nota a Gloria Valencia de Castaño. Señora decente que instruyó a la niñez colombiana, con su programa Naturalia, el mundo de los animales. Lástima que muchos, sobre todo los señores de "la televisora", se lo tomaron demasiado en serio.

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