Por: Andrea Nathaly Cruz Ramírez *
Desde que el MIO se impuso como la alternativa de movilidad para la ciudad, los caleños hemos visto como ésta, en lugar de mejorar, ha empeorado. Inicialmente, se sacó de circulación gran parte del parque automotor que venía sirviendo a ciudad, incluyendo empresas completas. Luego, con el argumento del paralelismo, se cambió la ruta de casi todas las rutas que quedaron, lo que creo recorridos más largos y demorados. Aún así, hoy el MIO no representa una alternativa satisfactoria, pues si se suman los tiempos de espera, los de transbordo y las demoras del recorrido de alimentadores y pretroncales, las trayectorias de este transporte resultan ser hasta del doble del tiempo que toma en un bus tradicional.
¿Y las ventajas del MIO? Tarifas diferenciales, rebaja en los costos del transporte, protección al medio ambiente, modernización y agilidad. Ninguna de las anteriores ventajas existe. Metrocali, quien debería ser la garante del usuario al estar bajo el control del municipio, se ha convertido en la caja menor de los operadores y está al servicio de los intereses particulares de éstos. Incluso, cada gerente de la empresa se ha comportado como el defensor del mal servicio de los operadores y del sistema, y ha re-diseñado políticas que en nada benefician a los usuarios. Parece ser que el objetivo de la Alcaldía en cuanto a la movilidad no es el de protección ni muchos menos la de defender los derechos de los usuarios, sino mas bien la protección del monopolio de los operadores del MIO, que resulta ser a todas luces contrario al interés general.
El horario de inicio de operaciones, sumado a la demora de los recorridos, hace imposible que gran parte de los trabajadores que se movilizan en transporte público lleguen a sus destinos en el tiempo requerido. Las vías públicas fueron recortadas en la mayoría de los casos para darle espacio al MIO, lo que redujo espacio para los demás particulares y, el excesivo peso de los buses articulados y troncales está destruyendo el resto de calles secundarias.
Con el avance de la sustitución de las rutas del transporte tradicional por rutas del MIO, la ciudad entera está pagando los platos rotos de la más grande des-planificación que se halla conocido en la historia de Cali. La medida, bastante autoritaria por cierto, profundizará el desempleo en una ciudad en donde el 40% de los habitantes está por debajo de la línea de la pobreza. Todos los usuarios nos estamos viendo obligados a usar un transporte mal diseñado y que no se hizo para resolver nuestras necesidades de movilidad.
Ante tan angustiante panorama y frente al evidente apadrinamiento de la actual Alcaldía al Masivo, la única salida posible es la unidad de todos los usuarios y transportadores tradicionales alrededor de la defensa del derecho una movilidad digna para los caleños. Que se construya una verdadera política de movilidad que consulte a los usuarios y transportadores y que responda a las necesidades reales de la ciudadanía.
*Presidenta JAL comuna 6
Septiembre de 2013
1 comentarios:
Cordial saludo,
Sobre el tema digo que además la mayor parte de la inversión la realizó el gobierno para dejarle servido en bandeja de plata el negocio a esas 4 empresas operadoras. Sería bueno saber de esos $1600 que vale el pasaje, cuanto le corresponde al gobierno caleño. $1000, $600, $100, ¿cuanto?. Porque en la mayoria de negocios el que invierte mas gana más. No entiendo entonces como le piden las transportadoras al gobierno que invierta más para que el negocio sea rentable. ¿De quien es el negocio socio?
Guillemeyer
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