La demagogia santista en la educación



Francisco Torres M., Bogotá, septiembre 7 de 2016

El Presupuesto General de la Nación de 2017, que el Gobierno presentó al Congreso de la República bajo el nombre de “Para la Nueva Economía” y que en justicia debería llamarse “Mucho Más de la Vieja Economía Neoliberal”, revela en sus cifras cuán demagógico es el Gobierno santista en el terreno educativo y cuán vacía es su consigna de “Colombia la más educada”.

En primer lugar, no obstante ser la educación uno de los “pilares de su administración”, lo cierto es que los $33.533 billones asignados son superados sobradamente por los 54.366 billones destinados al pago de la deuda pública. Pero, además, el presupuesto educativo sólo sube el 6,3% con lo que está por debajo hasta del optimista 6,5% de inflación proyectada por el Gobierno Nacional para este año y que puede ser superado en la realidad.

En lo tocante a las transferencias el porcentaje de crecimiento presupuestado es de 9,9%, el cual a duras penas mantendría la variación de 2016, y eso si el gobierno acertará en sus supuestos macroeconómicos, aseveración puesta en duda por muchos, de tal manera que a los delirantes ríos de leche y miel se le contrapone el panorama de las estrecheces y negaciones.

A la partida de inversión del Ministerio de Educación le quita Santos 300 mil millones de pesos, una disminución de 12,1%, dejando en el aire la infraestructura, la alimentación y el transporte. ¿De dónde va a salir la plata para las miles de aulas prometidas y los millones de almuerzos y refrigerios escolares?

Agreguemos a ello que establece el Gobierno “cero nombramientos, reclasificaciones y modificaciones de planta que implique nuevos nombramientos por efecto de los concursos únicamente se podrán proveer cargos nombrados en provisionalidad. Ningún concurso puede proveer vacantes”. En estas circunstancias tampoco se puede dar la gran ampliación de la planta de personal con la cual se hace tanta alharaca.

Las transferencias para las universidades públicas y el FOMAG, estas últimas a cuentas del pasivo prestacional que la Nación le adeuda al magisterio, se ven recortadas en términos reales cuando se presupuesta un incremento del 5,5% (inferior a la inflación) dejando desfinanciadas obligaciones fundamentales con la educación superior y las prestaciones sociales del magisterio.

Es muy posible que ni eso se cumpla. El Gobierno Nacional al presentar el proyecto de ley proyectó el incremento del PIB en el 3% y ante el raquítico aumento del PIB en el segundo trimestre del año ya bajó su conjetura al 2,5% y aún esa última puede ser menor, lo que significa en la práctica menos ingresos tributarios. Los 921.000 barriles diarios proyectados para este año no se van a producir, de hecho la producción en julio se redujo a 843.000 barriles. Y falta por verse que engendros adicionales a los ya anunciados hay en el vientre de la reforma tributaria que agraven las penurias de la educación pública.

Al país no lo pueden hacer comulgar con las ruedas de molino de la liturgia santista sobre las billonarias inversiones en educación, por el contrario la lucha por un aumento sustancial de recursos para la educación pública y contra el desvío de los pocos que hay para beneficiar el sector privado (colegios en concesión, ser pilo paga) está en los objetivos centrales del magisterio colombiano.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Carlos Gaviria Díaz "Camino de la Patria (POEMA)