Samuel Camargo, eltiempo.com, junio 1 de 2010
Me siento algo extraño, pero encuentro que el personaje que más asocio con Antanas Mockus es el emperador del cuento que contrató a un reputado sastre para que le cosiera un vestido con una tela tan maravillosa que ofrecía el artesano, que solo podía ser vista por personas inteligentes. "Magnífico, ahora diferenciaré a mis súbditos", pensó, y armó un desfile para lucir sus vestiduras. Por supuesto, la gente del reino, enterada de la trama, se desmedía en elogios: "¡Oh, qué bordados!". "¿Es de visón aquella estola?". Pero el encanto se esfumó cuando un niño dijo de pronto: "Yo solo veo al emperador desnudo." Y el rumor se extendió como una ola. Al emperador solo lo cubría su vergüenza.
La verdad es que ese ropaje filosófico, doctoral de Antanas resultó ser del mismo material que el de los trajes del emperador, ítem más si se traen a cuento sus posiciones en debates televisados: "En mi gobierno se incrementarán los impuestos", afirmó sin sonrojarse, sin mencionar la inequidad de los actuales, al tiempo que estableció una curiosa asociación automática entre altos impuestos y progreso. Recordó que en Guatemala el impuesto de renta llega al 12 por ciento, y en Europa, al 50 por ciento.
A su turno, Petro señaló que, antes de incrementar, habría que eliminar las enormes exenciones a los millonarios, con lo se podrían recuperar 7 billones (más que lo conseguido en una reforma tributaria) y a la hora de crear nuevos tributos -continuó Petro-, en mi gobierno se gravará con severidad la tierra improductiva.
Preguntado por Vicky Dávila en reciente debate televisado acerca del tratamiento que daría su gobierno a la práctica del secuestro, Mockus presentó sus ideas, elementales como un comercial de detergentes: No al diálogo, no al intercambio humanitario, tan solo rescate por la fuerza, y no vaciló en ubicarse a la derecha de Uribe, al que señaló como promotor de la acción guerrillera por mencionar algo como una Constituyente a cambio de desmovilización. Vaya.
Pero Vicky es insistente. ¿Qué mensaje enviaría hoy a la familia de ese uniformado que completa ya 13 años de estar secuestrado? Respuesta: silencio, larguísimos segundos de silencio, hasta que alguien habló de nuevo. Mockus había colapsado.
En contraste con las bíblicas negaciones de Mockus, Petro sostuvo que, sobre la base de mantener la presión militar, se dejarían abiertas las puertas para tres tipos de soluciones: la liberación unilateral, acuerdo humanitario -si se abandona la atrocidad del secuestro- y aun rescate armado. Por lo demás, el Polo ha rechazado siempre la combinación de las formas de lucha, hasta el punto de que la Constitución del 91, en cuyo articulado participó Gustavo Petro, consagra el monopolio de las armas por el Estado.
La vida es sagrada, repite Mockus como una plana de las que pone a hacer a Fajardo. No obstante, su política de salud corre a contrapelo: reformar el POS (no dice cómo) y, sobre todo, asegurar la "sostenibilidad" del sistema, que mantendrá en su esencia: la salud de los colombianos no dependerá de los requerimientos científicos, como de las tasas de utilidad de los negociantes de la salud, que es lo que hoy se sufre.
Sobre el particular, Petro es tajante: separar la salud pública de las ambiciones del mercado. "La salud y el agua, en mi gobierno, dejarán de ser un negocio para convertirse en lo que son: un derecho humano.
La vida es sagrada, insiste Mockus, pero no vacila en lanzar al Polo a las fieras: "Con Petro, el Polo se ha distanciado de la Farc" (¿ha estado cercano alguna vez?). "En el Polo subsisten fuerzas que mantienen nexos con la subversión", frases que presentan parentesco en primer grado de consanguinidad con aquella de Uribe: "Los del Polo son terroristas de civil". La vida es sagrada, Antanas.
La verdad es que ese ropaje filosófico, doctoral de Antanas resultó ser del mismo material que el de los trajes del emperador, ítem más si se traen a cuento sus posiciones en debates televisados: "En mi gobierno se incrementarán los impuestos", afirmó sin sonrojarse, sin mencionar la inequidad de los actuales, al tiempo que estableció una curiosa asociación automática entre altos impuestos y progreso. Recordó que en Guatemala el impuesto de renta llega al 12 por ciento, y en Europa, al 50 por ciento.
A su turno, Petro señaló que, antes de incrementar, habría que eliminar las enormes exenciones a los millonarios, con lo se podrían recuperar 7 billones (más que lo conseguido en una reforma tributaria) y a la hora de crear nuevos tributos -continuó Petro-, en mi gobierno se gravará con severidad la tierra improductiva.
Preguntado por Vicky Dávila en reciente debate televisado acerca del tratamiento que daría su gobierno a la práctica del secuestro, Mockus presentó sus ideas, elementales como un comercial de detergentes: No al diálogo, no al intercambio humanitario, tan solo rescate por la fuerza, y no vaciló en ubicarse a la derecha de Uribe, al que señaló como promotor de la acción guerrillera por mencionar algo como una Constituyente a cambio de desmovilización. Vaya.
Pero Vicky es insistente. ¿Qué mensaje enviaría hoy a la familia de ese uniformado que completa ya 13 años de estar secuestrado? Respuesta: silencio, larguísimos segundos de silencio, hasta que alguien habló de nuevo. Mockus había colapsado.
En contraste con las bíblicas negaciones de Mockus, Petro sostuvo que, sobre la base de mantener la presión militar, se dejarían abiertas las puertas para tres tipos de soluciones: la liberación unilateral, acuerdo humanitario -si se abandona la atrocidad del secuestro- y aun rescate armado. Por lo demás, el Polo ha rechazado siempre la combinación de las formas de lucha, hasta el punto de que la Constitución del 91, en cuyo articulado participó Gustavo Petro, consagra el monopolio de las armas por el Estado.
La vida es sagrada, repite Mockus como una plana de las que pone a hacer a Fajardo. No obstante, su política de salud corre a contrapelo: reformar el POS (no dice cómo) y, sobre todo, asegurar la "sostenibilidad" del sistema, que mantendrá en su esencia: la salud de los colombianos no dependerá de los requerimientos científicos, como de las tasas de utilidad de los negociantes de la salud, que es lo que hoy se sufre.
Sobre el particular, Petro es tajante: separar la salud pública de las ambiciones del mercado. "La salud y el agua, en mi gobierno, dejarán de ser un negocio para convertirse en lo que son: un derecho humano.
La vida es sagrada, insiste Mockus, pero no vacila en lanzar al Polo a las fieras: "Con Petro, el Polo se ha distanciado de la Farc" (¿ha estado cercano alguna vez?). "En el Polo subsisten fuerzas que mantienen nexos con la subversión", frases que presentan parentesco en primer grado de consanguinidad con aquella de Uribe: "Los del Polo son terroristas de civil". La vida es sagrada, Antanas.
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