By: Mario Valencia*
Aunque la mayoría de los colombianos nunca ha defendido el intento de resolver los conflictos políticos con la lucha armada, los efectos de esta han sido negativos para el desarrollo económico del país. Durante décadas el conflicto ha sido un pretexto para no ocuparse de los verdaderos problemas de la sociedad, que impiden que la Nación supere la pobreza, la desigualdad y el atraso.
Por eso la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las Farc es una excelente noticia para quienes siempre hemos defendido que las diferencias deben resolverse de manera civilizada y que las transformaciones que el país necesita se deben buscar con la convergencia de amplios sectores democráticos.
En este sentido, hay que establecer una diferencia entre el proceso de paz y la forma como se ha gobernado. Para quienes nunca hemos empuñado las armas, el plebiscito del 2 de octubre es el momento que hemos esperado. Es el fin de un conflicto que demostró su equivocación y el cese de la forma que nunca debió haberse seguido para hacer política. Debemos convocar y asistir con entusiasmo a votar por el SÍ.
Es una necedad pensar que apoyar un proceso tan anhelado,
se puede traducir en un respaldo
al gobierno de Juan Manuel Santos
En todo caso, es una necedad pensar que apoyar un proceso tan anhelado, se puede traducir en un respaldo al gobierno de Juan Manuel Santos, que representa justamente todo lo que debe cambiarse para mejorar la calidad de vida.
El voto por el SÍ en el plebiscito del 2 de octubre significa que al día siguiente las fuerzas antidemocrácticas de Colombia se quedarán sin argumentos para explicar la precaria condición de la mayoría de la población. En este sentido, es apenas obvio que votar por el SÍ significa justamente un voto de oposición a Santos y a todos quienes comparten su visión de sociedad.
Con el fin del conflicto inicia una nueva etapa de la lucha social del país. A partir del 3 de octubre tendrá que prevalecer como aspecto principal el debate sobre cómo el modelo económico condena a la miseria a Colombia. La victoria del SÍ llegará con el compromiso a fondo de los trabajadores, estudiantes, agricultores, industriales, artistas y de toda la población por derrotar el neoliberalismo, las privatizaciones, los monopolios particulares, la especulación financiera, los TLC y todo lo que impide ser un país próspero.
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