
No caeremos en la Trampa del maniobrerismo de los partidos tradicionales que, a pesar de sus íntimas avenencias, preservan con astucia las apariencias de agrupaciones con destinos diferentes y contrapuestos.
El imperialismo norteamericano es la base de toda la política reaccionaria y fascista del país. Y el imperialismo, causa principal del atraso y la miseria de las colonias y neocolonias, se apoya invariablemente en las corrientes más retrógradas y antipatrióticas de los países sometidos. El imperialismo norteamericano en Colombia se une íntimamente con los círculos más poderosos y reaccionarios de la gran burguesía y los grandes terratenientes y la alianza de estas tres fuerzas, enemigas por naturaleza del progreso y la libertad, controlan el Estado.
No, señores. Los grupos más privilegiados, más poderosos, más influyentes de la burguesía y de los terratenientes, es decir, una minoría selecta, es la que manda y se favorece directamente de las medidas oficiales. Basta examinar los efectos de decretos para saber qué poderes económicos se esconden detrás del trono y de su majestad. Los primeros beneficiados son los grandes monopolios imperialistas, luego sus intermediarios, los magnates de la banca y de la bolsa y los caballeros de la gran propiedad territorial. El resto del país paga con su ruina y con su famélica existencia el festín de esa minoría de elegidos de la fortuna.
Y los intereses económicos del Estado determinan sus intereses políticos, el carácter de su orientación superantinacional y archirreaccionaria. Las capas directivas de la burguesía conciliadora representan, junto a las de los grandes terratenientes, la piedra angular de la sojuzgación imperialista.
Los aliados naturales del imperialismo en la Colombia de hoy son, por lo tanto, dichas capas dirigentes, portaestandartes de la política más reaccionaria y antinacional del gobierno. Entre estos enemigos del progreso afloran de cuando en cuando cierto tipo de contradicciones ocasionales que nunca llegan a amenazar la supervivencia de su alianza. Ninguno de ellos por separado puede sostener la explotación y el dominio sobre el pueblo y la nación colombiana…. Esta es la concepción materialista…. del problema del Poder de la sociedad colombiana en su presente etapa.
¿O quién controla el Estado en Colombia? ¿Qué clases? ¿Será el “sector MENOS retrógrado de la oligarquía colombiana?” O “las capas MENOS reaccionarias de los diversos grupos de los monopolios”?
No, señores. Los grupos más privilegiados, más poderosos, más influyentes de la burguesía y de los terratenientes, es decir, una minoría selecta, es la que manda y se favorece directamente de las medidas oficiales. Basta examinar los efectos de decretos para saber qué poderes económicos se esconden detrás del trono y de su majestad. Los primeros beneficiados son los grandes monopolios imperialistas, luego sus intermediarios, los magnates de la banca y de la bolsa y los caballeros de la gran propiedad territorial. El resto del país paga con su ruina y con su famélica existencia el festín de esa minoría de elegidos de la fortuna.
Y los intereses económicos del Estado determinan sus intereses políticos, el carácter de su orientación superantinacional y archirreaccionaria. Las capas directivas de la burguesía conciliadora representan, junto a las de los grandes terratenientes, la piedra angular de la sojuzgación imperialista.
Los aliados naturales del imperialismo en la Colombia de hoy son, por lo tanto, dichas capas dirigentes, portaestandartes de la política más reaccionaria y antinacional del gobierno. Entre estos enemigos del progreso afloran de cuando en cuando cierto tipo de contradicciones ocasionales que nunca llegan a amenazar la supervivencia de su alianza. Ninguno de ellos por separado puede sostener la explotación y el dominio sobre el pueblo y la nación colombiana…. Esta es la concepción materialista…. del problema del Poder de la sociedad colombiana en su presente etapa.
Francisco Mosquera Sanchez
1975
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